Thursday, October 01, 2009

La prueba de tres

Un día en la antigua Grecia (469-399 BC), un joven filósofo se acerco a su colega Sócrates y le dijo, "¿Sócrates, sabes lo que he escuchado de uno de tus estudiantes?"

El maestro le respondió, "Detente un momento.  Antes que me cuentes, me gustaría realizar una simple prueba.  Se llama la prueba de tres."

"¿La prueba de tres?" pregunto el joven.

"Eso es correcto" continuó Sócrates. "Antes que hables de mi estudiante vamos a examinar lo que vas a decir.  La primera prueba es Verdad. "¿Estas seguro que lo que vienes a decir es absolutamente cierto?".

"No", respondió el joven. "En efecto, lo acabo de escuchar."

"Muy bien." dijo Sócrates. "No sabes con certeza si esta información es cierta o falsa. Ahora hagamos una segunda prueba, la prueba de la Bondad. ¿Lo que me vas a decir sobre mi estudiante es algo bueno?"

El joven, un poco abochornado, se encogió de hombros, como si dijera que no.

Sócrates continuo, "Aun puedes pasar el examen, ya que falta la ultima prueba, la de Utilidad. ¿Lo que me vas a decir sobre mi estudiante es de utilidad para mi?"

"No, realmente no." dijo el joven filosofo.

"Entonces" concluyo Sócrates, "si lo que me vas a decir no es ni cierto, ni bueno, ni siquiera útil, ¿para qué me lo vas a decir?

El joven reflexionando y con un nuevo sentido de vergüenza se mantuvo callado y se alejo.

La próxima vez que alguien venga a donde ti para decir algo acerca de un compañero o colega juega el papel de Sócrates.  Si por el contrario, sientes la necesidad de compartir algo de un compañero con otra persona pregúntate a ti mismo estas tres preguntas. Quizás lo que te van a decir o lo que vas a decir no valga la pena comunicar.


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